
Esa noche se besaron a medias, se tocaron con el conocimiento que los años permiten, brevemente se reconocieron.
Hicieron el amor acompañados por el canto de un grillo intruso.
Afuera llovía.
Adentro también.
Unos minutos después cada uno se acomodó sobre su isla durmiente.
No hizo falta apagar la luz.
No hizo falta apagar la luz.
- Feliz aniversario- Dijo él entre murmullos.
- Feliz aniversario- respondió Hilaria con una sonrisa añeja.
- Te amo- Dijeron los dos para sí mismos.
Y amaneció.
Afuera había un sol inmenso.
Adentro, no paraba de llover.
Afuera había un sol inmenso.
Adentro, no paraba de llover.
cieloazzul.
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